Diabetes: qué azúcares se pueden comer y cómo hacerlo
Aunque los azúcares "simples" deben reducirse en gran medida, los azúcares complejos (hidratos de carbono) son importantes, pero es mejor integrarlos e incluirlos en una dieta mediterránea
Fuente: El Mundo
Una dieta poco saludable es uno de los factores más importantes en el desarrollo de la diabetes, enfermedad metabólica en la que el azúcar en sangre se descontrola. Se dice que el 70% de los nuevos casos de diabetes surgen a raíz de una dieta poco saludable.
El cálculo procede de un amplio estudio publicado recientemente en 'Nature Medicine' para el que investigadores de la Universidad estadounidense de Tufts utilizaron la Global Dietary Database, que contiene información sobre el consumo de alimentos en diferentes países del mundo. Analizando los datos de 184 países en los años comprendidos entre 1990 y 2018, los autores descubrieron que la mala alimentación ha provocado un aumento de los diagnósticos, con más de 14 millones de nuevos casos solo en 2018.
Los investigadores también pudieron identificar los hábitos alimenticios más insalubres: gran parte de los problemas se derivan de una ingesta insuficiente de cereales integrales y un exceso de carbohidratos refinados y carnes procesadas, y los efectos negativos de una dieta poco saludable son particularmente evidentes en los hombres, las personas más jóvenes y las que viven en entornos urbanos en lugar de rurales.
TODO DEPENDE DE LOS HIDRATOS DE CARBONO
Elegir los hidratos de carbono "correctos" es, por tanto, una de las piedras angulares para prevenir la diabetes, pero también para controlarla cuando el metabolismo de la glucosa ya no está equilibrado: así lo destacaron recientemente los expertos de la Sociedad Italiana de Diabetes (Sid), que dedicaron toda una sesión de la última conferencia "Diabetes Panorama" a la "receta" de una dieta sana y antidiabética. Desmontaron una serie de mitos y tópicos sobre los hidratos de carbono, empezando por la idea de que las personas con diabetes de tipo 2 deben privarse totalmente de ellos, dado lo mucho que pueden afectar al riesgo de enfermedad y a la gestión de la glucemia.
"Una dieta demasiado baja en carbohidratos no es saludable ni siquiera para los diabéticos, que deben mantener una ingesta de carbohidratos del 50% de las calorías diarias", explica Angelo Avogaro, presidente de Sid y director del Departamento de Riesgo Endocrino-Metabólico y Cardiovascular de la Universidad de Padua.
LA NOCHE, EL MOMENTO MÁS "PELIGROSO"
"Tampoco es bueno suprimir por completo los hidratos de carbono de la cena, de hecho puede ser contraproducente porque durante la noche se estimula una liberación excesiva de glucosa por parte del hígado", explica este experto. Cuando el cuerpo 'detecta' que hay escasez de glucosa en la circulación, como puede ocurrir si se suprimen los hidratos de carbono en la cena, el hígado la produce a partir del glucógeno almacenado para compensar el déficit. "Un aumento de glucosa por la noche es lo peor que hay para el metabolismo del azúcar, porque durante las horas de oscuridad aumenta la resistencia a la insulina, ya que no es el momento en el que se supone que se utiliza la energía", añade. Por lo tanto, el consumo de hidratos de carbono debe repartirse a lo largo del día y, sobre todo, hay que elegir los alimentos adecuados para asegurar una ingesta correcta y saludable.
Hay que evitar los azúcares simples, dando preferencia a los hidratos de carbono complejos con un índice glucémico bajo, que se absorben lentamente y no dan picos glucémicos altos: la pasta integral y las legumbres son las mejores opciones, mientras que con el pan, las patatas y el arroz hay que tener precaución -aunque con el arroz hay excepciones-. "También es mejor no exagerar con la fruta, porque comerla en abundancia conlleva un aumento considerable de hidratos de carbono y, sobre todo, de fructosa, que favorece la acumulación de grasa en el hígado y el abdomen, aumentando el riesgo metabólico y cardiovascular en general", cuenta el especialista.
ALGUNOS TIPOS DE ARROZ SON BUENOS
El arroz blanco se considera un alimento que debe consumirse con poca frecuencia si se padece diabetes de tipo 2, pero ahora una investigación del 'Ente Nazionale Risi' en colaboración con la Universidad de Pavía y la Universidad Politécnica de Turín, revisa esta creencia. Los investigadores midieron el índice glucémico de más de 20 tipos de arroz blanco en 10 voluntarios sanos y descubrieron que algunos lo tenían por debajo de 55, el umbral por debajo del cual un alimento tiene un índice glucémico bajo según las indicaciones de la OMS; la media de los distintos arroces es de 67, en línea con otros cereales, pero el arroz Selenio, por ejemplo, lo tiene en 49, y la variedad Argo, en 50.
Mariangela Rondanelli, de la Universidad de Pavía, explica: "A medida que aumenta la amilosa (componente del almidón) en el grano, disminuye el índice glucémico. Las dos variedades de bajo índice glucémico, Selenio y Argo, son adecuadas tanto para los diabéticos manifiestos como para los que padecen alteraciones de la glucemia en ayunas, que predisponen a la diabetes. Carnaroli Classico tiene un índice glucémico medio".
DIETA MEDITERRÁNEA Y NADA DE AYUNO
"La mejor dieta para las personas con diabetes tipo 2 sigue siendo la mediterránea", especifica, porque es "la única que además ha demostrado reducir la probabilidad de problemas cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares, que son más frecuentes en personas con diabetes". Otros tipos de dieta no aportan tantos beneficios: con el ayuno intermitente, por ejemplo, se puede tener una mejoría en el perfil glucémico pero no hay certeza de que disminuya el riesgo cardiovascular, concluye. Comer de acuerdo a una dieta mediterránea, eligiendo hidratos de carbono complejos procedentes de cereales integrales, legumbres y verduras en general, es por tanto la mejor receta para controlar la diabetes tipo 2, además de prevenirla.