Por qué tener hambre o bostezar pueden anunciar una migraña
26 septiembre 2024

Por qué tener hambre o bostezar pueden anunciar una migraña


Las indicaciones de que se va a tener una cefalea, que aparecen hasta dos días antes, son claves para su tratamiento

La migraña es una de las enfermedades más frecuentes. Más de mil millones de personas sufren en todo el mundo esta dolencia que consiste en ataques recurrentes de dolor de cabeza y que a veces van acompañados de vómitos, mareo o hipersensibilidad a la luz y el sonido. Según datos de 2019, la migraña era la segunda causa de discapacidad en el mundo, la primera si solo se tiene en cuenta las mujeres jóvenes. Aunque en los últimos años han aparecido muchos tratamientos nuevos que hacen recomendable evitar la resignación y acudir al médico en busca de un diagnóstico y alivio, alrededor del 40% de los pacientes no están satisfechos con su tratamiento para el momento del ataque.

Recientemente, un artículo que publica la revista Neurology, la revista de la Academia Estadounidense de Neurología, ha publicado los resultados de un ensayo con un fármaco para el momento en que el migrañoso sabe que llega el ataque, pero el dolor aún es leve o ni siquiera ha llegado. Si se aplica el tratamiento en ese momento, la incapacidad y el sufrimiento son mucho menores o, incluso, se pueden evitar. El estudio incluyó a 477 pacientes a los que se dio ubrogepante, un fármaco que bloquea el CRGP, una sustancia que se libera en exceso durante las migrañas, cuando sentían señales que ellos identifican como un anuncio del ataque, como cambios en la visión y otras sensaciones como el hambre, los bostezos o el cansancio.

En el estudio, patrocinado por AbbVie, la compañía que ha desarrollado el fármaco, se vio que las personas que lo tomaron mejoraron su capacidad para llevar una vida normal, sin limitaciones. Comparado con otros pacientes que recibieron un placebo, quienes tomaron ubrogepante tenían un 66% más de probabilidades de seguir siendo funcionales durante las 24 horas siguientes, y multiplicaban por más de dos las probabilidades de estar satisfechos con el tratamiento.

Noticia completa en El País.