Entrevista “Hasta un 40% de los pacientes con diabetes no se toma bien la medicación”
Fernando de la Torre es miembro de la Junta Directiva de FEDE y presidente de la Federación de Diabetes de la Comunidad Valenciana (FEDICOVA)
Fuente: 20 Minutos
En España hay cerca de 6 millones de personas con diabetes. La gran mayoría de ellas pacientes con diabetes tipo 2 y una cuarta para con tratamiento con insulina. Para defender sus necesidades, la Federación Española de Diabetes (FEDE), con el apoyo de Abbott, ha presentado el documento “De lo global a lo local”, 10 medidas concretas que mejorarían mucho el abordaje de estos pacientes.
Fernando de la Torre, miembro de la Junta Directiva de FEDE y presidente de la Federación de Diabetes de la Comunidad Valenciana (FEDICOVA), nos explica el porqué de estas medidas y qué se debería hacer para que las personas con diabetes estuvieran mejor atendidas en nuestro país.
A menudo identificamos los tratamientos con insulina con pacientes con diabetes tipo 1, pero también hay gran número de personas con tipo 2 ‘insulinizadas’. ¿Se las tiene menos en cuenta?
Desde las asociaciones de pacientes vemos que, en general, las personas con diabetes tipo 2 están más desatendidas. En la mayoría de los casos, no tienen acceso a programas educativos específicos de prevención ni a la tecnología. Y se sigue el mismo patrón con quienes necesitan insulina en su día a día. A pesar de que hay personas con diabetes tipo 2 que necesitan tratamiento con múltiples dosis de insulina, estas reciben una peor atención y no tienen los mismos recursos para hacer una buena gestión de su condición.
Una de las causas de esta discriminación es la falta de concienciación en torno a las dificultades y las necesidades especiales que tienen estas personas y que son muchas veces desconocidas incluso por parte de los profesionales sanitarios implicados en su manejo.
¿Qué porcentaje de pacientes con diabetes tipo 2 se tienen que tratar con insulina?
Actualmente, en España, aproximadamente un 25% de las personas con diabetes tipo 2 requieren un tratamiento con insulina, según datos de la Sociedad Española de Diabetes (SED). Entre ellos, cerca de un 40% está en tratamiento con pautas más complejas, de dos o más dosis de insulina.
El perfil y la realidad de las necesidades de las personas con diabetes tipo 2 insulinizadas son muy heterogéneos. ¿Qué tipos de pacientes nos encontramos?
De entrada, aunque se relaciona la diabetes tipo 2 con una edad avanzada, y es cierto que un porcentaje importante son personas de mayor edad, también han sido diagnosticadas personas jóvenes, con hijos o en proceso de tenerlos, en los inicios de su trayectoria profesional, etc. Perfiles con menores comorbilidades, pero con una vida más activa que requiere una adecuada gestión de los niveles de glucosa para no sentir que la diabetes condiciona su día a día.
Al mismo tiempo, hay factores individuales como el lugar de residencia, la capacidad económica o el equipo médico que realiza el seguimiento de la diabetes que también condicionan el abordaje esta condición.
A pesar de ello, sí que encontramos características comunes entre todos, que destacan por cómo pueden afectar a la calidad de vida. En este sentido, las personas con diabetes tipo 2 tienen más riesgo de desarrollar complicaciones a largo plazo. Además, son quienes requieren más recursos sanitarios, una atención más especializada, una mayor monitorización y más ingresos hospitalarios, al no contar con formación adecuada para el buen control de su diabetes.
“Una buena gestión de la diabetes puede derivar en un ahorro de hasta el 20% del gasto sanitario”
¿Qué pacientes con diabetes tipo 2 y tratamientos con insulina son los más vulnerables?
Como punto de partida debemos señalar que, a pesar de recibir insulina, los pacientes con diabetes tipo 2 son los que tienen peor control glucémico. Solo un 25% aproximadamente estaría en objetivos. Esto ya supone que una gran parte de la comunidad sea vulnerable y tenga mayores problemas de salud.
De forma concreta, podríamos decir que son más vulnerables las personas que, además de la diabetes, cuentan además con patologías cardiacas. La causa es que esta dolencia se suma al impacto de la diabetes, que aumenta el riesgo de un evento cardiovascular. De hecho, se estima que entre el 50% y el 80% de las personas con diabetes mueren por problemas cardiovasculares. También se ven más afectados por las comorbilidades de la diabetes las personas sedentarias y que no realizan actividad física de forma habitual.
En vuestro documento “De lo global a lo local” recomendáis un abordaje de la diabetes tipo 2 a cada persona, personalizado. ¿Cómo se consigue?
La personalización del abordaje de la diabetes pasa por tener en cuenta el entorno de cada persona, como decíamos anteriormente, y por analizar en detalle su estado general de salud. No basta con registrar los niveles de glucosa, los profesionales sanitarios deben estar al tanto de todos los problemas de salud que afectan a cada uno de los pacientes, ya que suelen ser perfiles con otras patologías y polimedicados. A esto se suma que pueden tener problemas psicológicos y sociales que repercuten en el progreso de la diabetes y en su adherencia al tratamiento.
El problema es que muchas veces el seguimiento de la diabetes tipo 2 lo realiza el médico de Atención Primaria, en lugar de un equipo multidisciplinar integrado por diferentes expertos. Por ejemplo, la afectación cardiaca, la afectación renal y la enfermedad arterial periférica están presentes en un gran porcentaje de los pacientes. Por tanto, la principal necesidad del paciente con diabetes tipo 2 insulinizado es una valoración integral adaptada a sus necesidades.
“Se estima que entre el 50% y el 80% de las personas con diabetes mueren por problemas cardiovasculares”
Cada vez existen más tecnologías disponibles para facilitar el tratamiento de la diabetes tipo 2, como bombas de insulina, apps que ayudan a monitorizar a los pacientes… ¿Cómo está el acceso a estas tecnologías en España?
El acceso de las personas con diabetes tipo 2 a la tecnología también es desigual y discriminatorio. Hasta hace unos meses, solo las personas con diabetes tipo 1 podían acceder al sistema flash de monitorización de glucosa. Con estos sensores es posible conocer en todo momento el nivel de glucosa y mantener un registro certero de su progresión. A su vez, tecnología más sencilla como los glucómetros o las tiras reactivas son facilitadas también de forma desigual, a pesar de que es algo esencial para el control de la diabetes.
Por otro lado, nos encontramos ante un panorama muy fragmentado en cuanto a cómo perciben las personas con diabetes esta tecnología. Hay muchas personas mayores a las que les puede afectar la brecha digital y que no comprenden cómo funcionan estas nuevas tecnologías. Una prueba más de por qué es tan importante brindar educación diabetológica de forma recurrente, de la mano de profesionales, a pacientes y familiares.
En muchos pacientes existe un problema de adherencia al tratamiento. ¿De qué depende esta adherencia y que se puede hacer mejorarla?
Una de las claves para mejorar la adherencia vuelve a ser la monitorización de glucosa, ya que les facilitaría mucho más el poder estar al tanto de cuáles son sus niveles de glucosas; y con ello, mejorar sus hábitos y servir de aliciente.
El segundo punto esencial es también recurrente: la educación diabetológica. Como decíamos, muchas personas con diabetes están polimedicadas, y la Sociedad Española de Diabetes (SED) sostiene que hasta un 40% no se toma bien la medicación. Para corregirlo necesitan educación terapéutica transversal, coordinada y estructurada desde el inicio hasta el final del abordaje. Desde las asociaciones de pacientes con diabetes trabajamos por acercar información actualizada y veraz a todos los pacientes, pero también es necesario que la administración tome conciencia de ello y se involucre.
En el documento habláis de ahorrar dinero a largo plazo tomando algunas medidas. ¿Cuáles son esas medidas?
Todas las medidas orientadas a reducir el riesgo de complicaciones y comorbilidades, principales factores que incrementan el gasto del Sistema Nacional de Salud en la diabetes. Así, si se realiza un buen control de la diabetes tipo 2 conseguimos reducir las hospitalizaciones, las consultas de urgencias e invertir un menor presupuesto en tratamientos. Actualmente se estima que la carga de esta condición supone el 8,2% del total del presupuesto sanitario, lo que implica 5.809 millones de euros al año de los que 2.143 son, precisamente, debidos a las dificultades añadidas. Al contrario, una buena gestión de la diabetes puede derivar en un ahorro de hasta el 20% del gasto sanitario.
También pedís que se deje al paciente participar en su tratamiento, en la toma de decisiones. ¿No ocurre esto hoy día?
Por lo general, no. Se reduce al paciente a un sujeto pasivo. Sin embargo, es esencial que se involucre y se empodere para favorecer su adherencia el tratamiento. Aunque no somos médicos, percibimos los cambios en nuestro cuerpo y cómo nos afectan unos u otros tratamientos y creemos que nuestra opinión también es relevante. Obviamente respetando siempre el criterio médico y dejándonos guiar por endocrinos y otros especialistas. Obviar esta realidad puede alejar incluso a las personas con diabetes de la consulta del médico.
¿Se necesita más formación en diabetes? Rotundamente sí. Tanto para las personas con diabetes tipo 2 como para sus familiares. Esta educación puede proceder de médicos, enfermeros especializados o educadores en diabetes, con una titulación reconocida.
“Vamos a seguir reclamando que todas las personas con diabetes podamos tener un acceso real a los recursos y la tecnología de forma igualitaria”
¿Cómo ve en los próximos años el abordaje del tratamiento de personas con diabetes tipo 2? ¿Son optimistas desde FEDE?
Somos optimistas, pero creemos que hay mucho trabajo por delante. Aún tenemos que conseguir desvincular la diabetes tipos 2 de prejuicios y tabúes sociales negativos y dar mayor visibilidad a la realidad detrás de cada persona. Aún se pregunta si las personas con diabetes tipo 2 pueden comer dulces, por ejemplo, y se desconoce el impacto de ese exceso de glucosa en sangre en la salud general del individuo.
A nivel político, también vamos a seguir reclamando que todas las personas con diabetes podamos tener un acceso real a los recursos y la tecnología de forma igualitaria. Ya contamos para ello con la I Declaración de Derechos de las Personas con Diabetes en España, que fue aprobada en el I Congreso Nacional de FEDE, y cuyo primer apartado destaca la necesidad de impulsar la educación y la formación diabetológica y prioriza la inversión en investigación y el acceso a las nuevas tecnologías; así como a materiales y servicios de calidad para el control de la diabetes.