El superalimento 'odiado' en España que machaca el riesgo de ictus y protege contra el cáncer de colon
Científicos descubren el papel clave que podría jugar de cara a tratar esta enfermedad cardiovascular que aumenta en nuestro país
Fuente: La Razón
El ictus es la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacidad a nivel mundial. En España, 120.000 personas sufren un ictus en nuestro país cada año, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen, según las cifras de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En la actualidad, más de 330.000 españoles y españolas presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un ictus. Las secuelas de un ictus pueden afecta a las funciones motoras y/o cognitivas; es posible que las personas no puedan caminar, hablar o pensar con claridad... nunca más. Los científicos calculan que sólo un 10% de los supervivientes de un ictus se recuperan totalmente.
Dependiendo del tipo de ictus, el principal tratamiento consiste en utilizar medicamentos para deshacer los coágulos que impiden que la sangre fluya al cerebro o impedir que la sangre se filtre al cerebro.
La rapidez con que se administra la terapia y su eficacia tienen un gran efecto en la recuperación de una persona tras un ictus.
Ahora, investigadores del Instituto de Investigación del Corazón de Nueva Gales del Sur (Australia) han descubierto que una sustancia química natural presente en la verdura más odiada en España (y en el mundo) que puede ayudar a prevenir y tratar el ictus.
No es tontería: el 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo y un estilo de vida saludable, dice la SEN. Incluso un cambio en nuestra dieta puede suponer la diferencia. En esta línea, el estudio que acaba de publicarse en ACS Central Science, la revista oficial de la Sociedad Americana de Química, anima a incorporar brécol o brócoli a nuestro menú.
Brócoli para tratar el ictus
"A pesar de la importancia del ictus, sólo hay un agente terapéutico. Llamado activador tisular del plasminógeno (tPA), ha sido aprobado para disolver los coágulos, pero su eficacia es subóptima, con tasas de éxito por debajo del 20%", explica el Dr. Xuyu Liu, investigador y jefe de la Unidad de Señalización Cardiovascular-Protectora y Descubrimiento de Fármacos del Instituto de Investigación Cardiaca de Nueva Gales del Sur (Australia).
El también autor principal del estudio apunta que "existe una necesidad no cubierta en este campo de mejorar la eficacia del tPA e identificar más opciones de tratamiento para los pacientes con ictus". Por eso, él y su equipo recurrieron a una verdura crucífera común: el brócoli.
"El brécol y otras verduras crucíferas han evolucionado para producir una clase única de productos naturales conocidos como isotiocianatos, famosos por sus propiedades quimiopreventivas y neuroprotectoras", explica el doctor. "Esto suscitó nuestra curiosidad por saber si estos dones naturales podrían resolver un problema acuciante en el tratamiento del ictus: encontrar un anticoagulante más seguro y eficaz que actúe en sinergia con el tPA", prosigue.
Durante este ensayo preclínico de tres años de duración, los investigadores comprobaron qué tipo de efecto tenía el compuesto de brócoli sobre los medicamentos anticoagulantes. "El tPA es un medicamento diseñado para tratar tipos específicos de ictus causados por coágulos sanguíneos que bloquean los vasos cerebrales", explica Liu.
Él dice que "el tPA actúa como un fontanero, disolviendo el coágulo para restablecer el flujo sanguíneo. Sin embargo, las sustancias químicas liberadas por los coágulos disueltos pueden activar las plaquetas y provocar la formación de nuevos coágulos".
Por eso, "se ha investigado un gran número de anticoagulantes junto con el tPA. Lamentablemente, elevan el riesgo de hemorragia cerebral. Por tanto, identificar anticoagulantes que puedan mejorar el potencial anticoagulante del tPA sin provocar hemorragias excesivas supondría un gran avance en el tratamiento del ictus", prosigue el profesor.
El descubrimiento de su equipo, dice Liu, es "revolucionario". Se trata del poder del sulforafano, una molécula del brócoli que se forma cuando se ingiere el vegetal. Y es que, según el estudio, esta sustancia "inhibe de forma única la agregación plaquetaria en condiciones patológicas sin causar hemorragias significativas en modelos preclínicos, triplicando la eficacia del tPA y ralentizando la formación de coágulos malos que conducen al ictus".
Al final del estudio, los científicos descubrieron que añadir el compuesto derivado del brócoli al tPA aumentaba la tasa de éxito de la medicación hasta el 60%. "El aumento de la tasa de éxito sin hemorragia fue sorprendente. Este efecto sinérgico rivaliza con el de los anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios de mayor rendimiento en este campo; sin embargo, no perjudica la formación de coágulos", celebra Liu.
Otros efectos del brócoli: corazón, cáncer y enfermedades
El brócoli cuenta con muchos detractores. Durante la pandemia, las bandejas de brécol se apilaban en los estantes. En muchos cuentos, fábulas y dibujos animados, es enemigo de los niños y las niñas. Incluso George W. Bush utilizó su animadversión a esta verdura en sus discursos políticos.
No obstante, es bien sabido que el brócoli posee diversos beneficios para la salud. Uno de ellos es su potencial para proteger al corazón. Un estudio publicado en abril de 2018 encontró que comer más verduras crucíferas ayuda a prevenir la aterosclerosis. La obstrucción de las arterias es el principal factor de riesgo del ictus y del ataque cardíaco.
Otra investigación de mayo de 2020, conocida como el estudio VESSEL (por sus siglas en inglés, Verduras para la salud cardiovascular), determinó que un consumo alto de verduras crucíferas reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares en general.
También se le ha relacionado con la protección frente al cáncer. Un estudio publicado en el Journal of Laboratory Investigation, afirmó que el brócoli protegería frente al cáncer de colon, el más diagnosticado en España. Esto sería porque contiene moléculas que protegen el revestimiento intestinal de esta y otras enfermedades del intestino.
En cuanto al ictus, el Dr. Liu cree que su investigación ayudará a abrir nuevas vías y, potencialmente, conducirá a nuevos fármacos candidatos para el tratamiento del accidente cerebrovascular y para pacientes con alto riesgo de ictus o trombosis.
Pero, en general, los occidentales no reciben las porciones adecuadas de verduras ricas en fibra, fitoquímicos y diversos nutrientes, especialmente los de las familias brassica o crucíferas. Entre ellas, además del brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor, la col rizada, el bok choy y el repollo. Los nutricionistas recomiendan tomar media taza al día de crucíferas.